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Mucha gente rebatiría la sensualidad de la Navidad con argumentos tan convincentes como las comidas pesadas y sus consecuentes indigestiones, el estrés de las compras o las clásicas obligaciones familiares, entre otras. Pero también existe un importante número de personas que aprovechan estas fiestas para encender algo más que las luces del árbol, y montan su propio belén con elegantes ataduras y otros instrumentos para imponer dulces castigos. Si crees que las Navidades pueden ser sensuales, te propongo cinco juegos BDSM, que bien pueden ejecutarse modo vainilla, bien pueden adaptarse con otras complicaciones que surjan… de tu mente perversa. Recuerda que...